Tuesday, January 30, 2007

Los Culpables No Duermen

Amor a primera oída. En el invierno de cuarto medio, apareció, primero en la radio y luego en la tele, Don´t Dream It´s Over. Debe ser la canción más conocida de Crowded House, pero claramente no la mejor ni la que más me gustó. Mis favoritas fueron Something So Strong, junto con Tombstone y World Where You Live. Como la ELO, como U2, Crowded House es una de mis bandas definitivas de la vida. Atraviesa y marca hitos en mi línea de tiempo. Un disco en el colegio, dos en la U, nada menos que Temple Of Low Men y Woodface y los demás ya en la vida real. Lo primero que me gustó fue la delicadeza y perfección de sus melodías. Para mí la maestría de los Finn está en su sensibilidad profunda de vocación pop. Es lo que uno agradece, adora y añora. Y en su forma única de construir cada canción como un mundo particular, con una combinación inseparable, indestructible y en eterna retroalimentación de melodía y letra. A uno puede no gustarle Chocolate Cake, pero la canción no logra pasar por mala. Adoro como dicen las cosas que dicen. Y cómo no dicen lo que están diciendo. Mientras más vivo, más escalofríos me da Into Temptation. Aunque mejor me siento escuchando Weather With You y Distant Sun y Recurring Dream. Y más disfruto manejar bajo la lluvia con Recurring Dream The Best of Crowded House. Mi impermeable sónico. Un paraguas para mirar nubes negras cargadas de agua escuchando Four Seasons In One Day.

En realidad los Finn ya habían hecho música excelente cuando yo jugaba a las Barbies. Y sólo supe de Split Enz hace unos pocos años. Pero Disrythmia y Time And Tide, al menos, son discos interesantes para disfrutar como precuela. Como secuela, más allá de Afterglow, un compilado de “lados B” que no pocos se querrían como singles, Finn, de 1996, es el primer disco de Tim y Neil solos. A mí me suena como un Woodface más volado. En todo caso, lo que absolutamente nadie se debe perder es Everyone Is Here. El segundo disco de Tim y Neil, sin ser formalmente un disco conceptual, tiene casi todas sus canciones sobrevolando y escarbando en los vínculos profundos que nos unen en la vida con la familia, los hermanos y aquellos que definimos como seres queridos. Won´t Give In y Disembodied Voices son canciones estremecedoras. Mi parte favorita de Distant Sun es la que dice Your’re still too young to travel so far, old enough to know who you are, wise enough to carry the scars without any blame there’s no one to blame. It’s easy to forget what you learn waiting for the thrill to return.... Las canciones de Everyone Is Here se sienten y se saborean mientras uno más grande se va haciendo. Cuando adquirimos esa conciencia de que hay vida más allá de nuestro ombligo, que la vida es corta y de que hay errores que enmendar antes que sea tarde. Y a propósito de eso, otra recomendación imperdible del universo Finn es Imaginary Kingdom, el disco 2006 de Tim. Still The Song es un lindo himno homenaje a la melomanía existencial. Astounding Moon es como un cuento y Winter Light fue incluida enn el soundtrack de Las Crónicas de Narnia. Y hay que ponerle oreja a Salt To The Sea. Es una canción poderosa. Una canción sobre despedir a alguien que se va sin avisar. Para un viejo amigo, un familiar, un alguien que fue parte de la vida de uno en episodios anteriores. Aunque no por eso menos importante. Una canción para Paul Hester, tal vez. Imaginary Kingdom es mi disco favorito de 2006. Está lleno del arte Finn. Uno comienza a preguntarse dónde termina un Finn y comienza el otro. Yo siempre he fantaseado con presenciar una sesión suya. Espiarlos mientras escriben, componen. Debe ser lo máximo. Mientras tanto, espero por mis reediciones de Farewell To The World, el concierto final que dio Crowded House, a fines de 1996. Que qué saldrá de la reunión en Coachella? Sabe Dios. Pero nada malo. Porque todo es bueno, si no nos mata.

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