Sunday, November 09, 2008

Get Up

En algún momento del camino perdí de vista a R.E.M. Debió ser después de Monster, el último disco que me compré de ellos. De ahí en adelante hubo grandes canciones: Imitation Of Life, All The Right Friends, The Great Beyond, Nightswimming, pero no fue lo mismo. Hasta este invierno, cuando bajé Accelerate. Me gustó tanto que lo escuché entero una y otra vez por varios días y sé que no fue sólo que tuviera el tiempo por estar en la casa. Con Accelerate volví a quererlos. Porque, como dijo Chrissie, Don't Get Me Wrong: The Jesus & Mary Chain fue una linda yapa, pero yo iba a ver a R.E.M. Sé cuando un concierto me llega a los huesos: llego a la casa a buscar los discos y los siguientes días escucho la misma música una y otra vez. Esta mañana entré a la ducha cantando Untitled, la última canción del Green.

Cómo no iba a quererlos, si R.E.M. es la banda que sacó un disco perfecto prácticamente cada año que estuve en la universidad. En primero circuló un casette pirateado de Eponymous, que fue lo primero que escuché. The One I Love aparecía como un moco al lado de Radio Free Europe, So. Central Rain, It's The End Of the World... Hasta el día de hoy adoro escuchar Radio Free Europe. No podría olvidar cuando la Paula Vial llegó con Green de Argentina, en casette. Veinte años después, sigue siendo mi disco favorito de R.E.M. Por sobre Out Of Time, y eso que fue el soundtrack de ese viaje que hicimos a la casa de Guns, Valle del Elqui incluído. Jamás me molestó que R.E.M. se volviera mainstream, pero siempre odié que Losing My Religion se transformara en himno, habiendo ellos parido tantas otras canciones buenas. Y sin embargo el Martes la canté a grito pelado. Y me acordé de Avendaño, hoy bajo tierra, cantando that's me in the corner.

Fueron varios los momentos emocionantes ese día. El primero, ver aparecer a Michael Stipe, el extraño ser que escribe como los dioses y que hasta entonces era un personaje de revistas, MTV y DVDs. Flotar por el universo con tantas canciones de la vida, una tras otra. El momento sublime en que suenan las primeras notas de Nightswimming. La reunión al centro del escenario para Sweetness Follows. Siempre es emocionante ver a una banda que se mantiene unida a través de los años, que ama lo que hace y que lo comparte con la gente. Siempre emociona ver a humanos tocando música. Mi papá decía que lo que por sabido se calla, por callado se olvida. Al parecer, eso a veces se aplica a las canciones, los discos y las bandas. Pero ya me he puesto al día.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home