Monday, March 19, 2007

Tiempos Muertos, Tiempo Robado, Nuevos Tiempos

Cada vez que escucho Phantom Limb me da una sensación de nostalgia feliz. Como mariposas con garganta apretada. Phantom Limb era el hit del momento en Seattle en Noviembre. Dos días en la vida y una canción para siempre. Recuerdo que busqué un buen pretexto para subirme al avión. Un curso, por top que fuera, nunca sería suficiente. Visitar a mis hermanos en sus casas, eso sí que sí. Los primeros días estaba aterrorizada. Ni abría la boca; mejor pasar por muda que por tonta. Hasta que de pronto mi cabeza hizo un clic que sonó diferente. Abrí la boca y terminé invitada a colaborar en un paper con un académico de primer nivel. De vuelta, Pelao recibió mis calificaciones: la mejor evaluada. Pero esas no son las cosas que más me importan.

La noche del día que terminó el curso me quedé atrapada en Miami. Mi vuelo a Seattle vía Chicago se canceló y sin ropa de cambio y con no mucho más que mi laptop y mi iPod terminé en un hotel cerca del aeropuerto. Como en las películas, pedí una cerveza en la barra y como no había comido nada hacía horas, rapidito me hizo efecto y me metí a la cama, agradeciendo ser grande y tener una tarjeta de crédito internacional. Puse tres alarmas para no perder mi vuelo por la mañana y pensé que son esos los momentos en que la vida nos obliga a detenernos y que están ahí para que no los dejemos pasar. A la mañana siguiente, volé en contra del tiempo, leyendo la biografía de Dylan; envidiándolo un poco. Con mi iPod en shuffle, cinco horas de canciones de la vida, cada una con su historia encapsulada en unos pocos minutos. Incubando.

Uno siempre puede contarse historias sobre lo que vivió. Lo hacemos cada día, a cada rato. Pero no tego dudas de que sin ese viaje, sin el curso, sin las conversas de locos y los silencios obligados nada sería como es ahora. El Viernes fuimos al cumpleaños de Pelao. Ahora que habito en el mundo exterior pienso en sus críticas por no creerme el cuento, en cuando me decía que tenía que hacer el cambio de switch. A veces, sin embargo, pienso que no quería creerme el cuento, porque no quería crecer. Pero el tiempo estaba pasando. De hecho, mañana cumplo otro año más y voy rapidito hacia los cuarenta. Eso es muy, muy heavy. Tengo muchas canas y ya no adelgazo tan rápido como antes. Pero todo es muy diferente ahora. Trabajo más duro y más difícil, opino sola y corro mucho más riesgo. Y sin embargo ando mucho más contenta, siento que nada estan grave ni tan terrible y sé que ya no tengo que robar tiempo como antes para hacer las cosas que quiero hacer. Phantom Limb suena en la radio a cada rato. Y escucho Who`s Gonna Ride Your Wild Horses un miércoles a las cuatro de la tarde, con el auto repleto de niños que gritan mientras los reparto y lo único que puedo hacer es reirme.

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