Thursday, May 24, 2007

Hey Girl

La otra noche, justo antes del cumpleaños de la Magda, fuimos con el Feli a abrigarla antes de dormirnos. Se veía tan linda, tan grande. Nos acordamos de la noche antes que naciera; la última vez que fuimos dos. Pusimos música para dormirnos, aunque en realidad no dormimos nada. Fue ese CD que compramos en una galería de arte muy cool de Big Sur, poco antes de saber que venía. Siempre nos pasa con el Feli que nos emocionamos cuando miramos a nuestros hijos dormidos. Es cuando más sentimos la responsabilidad que tenemos sobre los hombros. Es nuestra pega que puedan seguir durmiendo con esa misma cara de paz; con esa inocencia. A veces miro a la Magda y tiene la misma carita de cuando la ví por primera vez. Luego despierta y tiene 7 años, diente por medio y la cabeza llena de ideas y preguntas y respuestas propias.

Es impresionante lo que le sucede a uno con los hijos. El otro día nos estábamos peinando juntas frente al espejo, conversando, como hacía con la Jime, con la Caro. Son cosas que me agarran fuerte. Me gusta que el cumpleaños de la Magda sea cerca del día de la Madre, porque ella fue la primera. El otro día estaba jugando en la calle con la bici nueva y subió corriendo a su pieza. Yo supe inmediatamente que estaba llorando. Dijo que había peleado con unas amiguitas y lloraba que me rompía el corazón. A uno le sale la leona que lleva dentro, pero no se puede hacer nada. Más bien no se debe. Supongo que es parte de lo que los niños tienen que aprender en la vida y no puede uno andar, por más que quiera, como la mamá vengadora a la primera pelea de niñas. Que van a ser hartas, de hecho. Pero pensé por un momento, mientras le secaba las lágrimas y la abrazaba en su pena infinita, que claramente no será la última vez que la vea sufrir. Y eso me dio miedo.

Hace unos días nos entregaron sus notas del primer trimestre, que estaban re buenas. Pero más allá de las notas, la conversación fue sobre cómo es ella, sobre las cosas increíbles que sabe y de cómo, sin jugar a las barbies ni ponerse mucho vestidos, tiene amigas y es percibida como una niña entretenida e interesante por sus pares. Hablamos de cómo podemos guiarla, con ese pedazo de carácter que tiene y motivarla y mantenerla entretenida, porque es muy rápida y se aburre en clases. Me gustó oir que intentan manejarla de manera de no dañar su curiosidad y su creatividad. Ni al Feli ni a mí nos trataron así y sabemos que eso hace una gran diferencia. Para qué negarlo, anduvimos hinchados como pavos todo el día. Luego en la noche nos preguntábamos si a todos los padres les dirán lo mismo, pero parece que no, por lo que hemos oído de otros. “Tienen suerte”, dijo la Miss cuando nos fuimos. Una tarea titánica por delante también, pensamos. Pero como dice China Crisis, she makes it all worthwhile.

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