Tuesday, March 17, 2009

Music Of The Spheres

En el principio fue Moonlight Shadow. La letra, entre explícita y misteriosa, una voz dulce y afinadísima, varias guitarras y tres minutos y medio de pop perfecto. Mike Oldfield siempre me recuerda un poco a Alan Parsons. Ambos tienen esa capacidad admirable de hacer pop de manera elegante y emocionante, con buenas letras, un sonido impecable y con voces únicas. Moonlight Shadow debe haber salido cuándo estábamos en octavo o algo así y poco después apareció To France, una canción mágica, mezcla de sueño con cuento y con película.

Yo nunca supe que la música del Exorcista era de Mike Olfield. Lo supe recién el día que caminando por Providencia me encontré en una vitrina con el Elements. Es una pena que ya no existan esas pequeñas disquerías. Eran verdaderas cuevas de Alí Babá, escondidas entre calles y galerías y uno podía entrar y escuchar y conversar con los vendedores y encontrar todo lo que soñaba oír y no estaba en ninguna otra parte. Sólo que a precios imposibles. Pero en ese tiempo JFC tenía mesada de lujo y se lo compró y yo lo grabé en un casette para escucharlo en mi walkman. Después me compré Elements para mí, pero lo dejé guardado por mucho tiempo. Hasta que un día volví a escuchar To France, con toda su exquisita magia medieval pop.

Mike Olfield es de verdad un astro. Además de la cantidad de música que ha hecho y de haberse paseado con clase por el estilo que le pidan, salió el 2008 con una verdadera maravilla: Music Of The Spheres. Al principio pensé que era un soundtrack, pero no lo es. En sus palabras: “In this world, everything has a pulse or a vibration. This sound is unique to each living or non-living thing and in itself creates a music that no-one can hear. I believe that this has a very powerful resonance with, and a deep effect on our lives. What would happen if we took this further and apply this to bigger things, more powerful things; like an entire solar system or galaxy say, what would that sound like? Musica Universalis is the ancient theory that every celestial body, the sun, the moon and the stars has an inner music. This is a harmonic and mathematical concept derived from the movements of the planets in the solar system. The music created is inaudible to the human ear. Music of the Spheres is my interpretation of this theory. Every planet and every star; even the whole universe has music within it that no-one can hear, this is what it would sound like if it was set free. This is Music of the Spheres”.

Me encanta Oldfield hablando de su música, como cuando le preguntaron si Moonlight Shadow era una canción para Lennon y explicó que no en principio, pero que tal vez sí. Pero esa es otra historia. Music Of the Spheres es una obra de música clásica, ejecutada por una orquesta sinfónica, coros y voces magníficas y Oldfield pone su toque con una guitarra acústica que obviamente suena como los dioses. El disco es en algunos momentos como un compendio de melodías y combinaciones de notas familiares en su música anterior. Tubular Bells está presente todo el rato. En otros momentos despierta sensaciones y recuerdos que llegan desde otros lugares, hay algo de Danny Elfman en Edward Scissorhands, hay otro poco de John Williams en la segunda trilogía de Star Wars y algo de Harry Potter también. Hay Beethoven, o eso le suena a mi poco culta oreja clásica. Pero la mayor parte del rato es una música única, hermosa y sorprendente. “Esta música hace el mundo más bonito”, me dijo la Magda mientras lo escuchábamos camino al colegio y vio el sol salir por detrás de los cerros. “Es en serio, mira, Mamá, hay como menos taco, los árboles son más verdes y el cielo más azul. Y sirve para recordar personas y cosas”. Es que una melodía como The Tempest no puede dejar a nadie indiferente. Mike Olfield siempre ha tenido la destreza para componer melodías dulces, épicas e inolvidables y de elegir siempre el instrumento justo para realzarlas. Aquí lo único que hizo fue irse al chancho.

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