Thursday, November 17, 2011

Eddie Vedder and The Deathly Flannels

Hace unos meses mi amigo Cancino preparaba una lista de canciones esenciales del Grunge para una revista. ¿Cuál es tu favorita? me preguntó. No tuve que pensarlo mucho. Me acordé de cuando el Tan llegó a la casa con Vitalogy y yo corrí a revisarlo para ver si ahí venía esa canción maravillosa de Pearl Jam que había escuchado una vez en la radio. Nadie sabía cómo se llamaba ni dónde podía conseguirse. Se me vino a la cabeza una noche que estábamos con el Feli en esa típica heladería chiquitita en Algarrobo y el hijo del dueño, aburrido, jugaba con una guitarra, tocando una y otra vez la intro inconfundible de Yellow Ledbetter. No sé qué es lo que tiene esa canción. Ni siquiera se le entiende la letra. Aunque tal vez sea esa su magia.
Es la primera vez que veo a Pearl Jam en vivo y me parecen tremendos. Tantas canciones. Un pedazo de la vida. Los veintitantos. Camisas escocesas. Pelos largos y enmarañados. Desorden. Exceso. Rabia. Pena. Miedo. Lluvia. Nublosidad. Me acuerdo de Singles y What took you so long? De Twin Peaks y los camiones con troncos. De ese disco de Screaming Trees que tuve que devolver porque el descuento que marcaba no era tal y no me alcanzaba la plata que tenía para llevármelo. Me acuerdo de un día gris y frío en Cachagua, de la neblina entre los pinos oscuros, conversando de la vida y tomando té frente a la chimenea de piedra de la antigua casa de Anthony. De la playa de Las Cujas y yo con esa chaqueta escocesa que me había regalado la Jime, que le decíamos la Kurt Cobain. Me acuerdo del cumpleaños de Nacho en el Paperchase, con el Unplugged de Nirvana. Suena Alive. Miro a Eddie Vedder en las pantallas gigantes y pienso que ya no es el niñito que aparece en una escena de Singles. Que nació el mismo año que el Feli. Que es amigote de Neil Finn y por eso me cae aún mejor. Que de no existir Dave Grohl, podría perfectamente ser mi all-dressed-in-black-rockstar favorito. Pienso en todos los muertos del Grunge. Me pregunto si habrá existido otro movimiento musical con tanta concentración de muerte entre sus filas. Recuerdo la imagen del Puente Aurora en Seattle, a través de los vidrios del auto, cubiertos de gotas de agua resbalando con la velocidad. De los letreros para suicidas. Me pregunto si Aurora, la canción de Foo Fighters, tendrá algo que ver con ese puente. Pero prefiero flotar en la atmósfera del momento Just Breathe. I'm a lucky man to count in both hands the ones I love. Some folks just have one, others they got none. Stay with me. Let's just breathe.

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