Tied to the 90's
Todavía me acuerdo cuando escuché Happy New Year de Abba, esa parte en que decía … who can say what we’ll find in the end of 89. Los 90 eran algo de verdad futuro. Hoy se alejan, rápido, hacia atrás.
A medida que pasan los años y la memoria hace su estupendo e infalible trabajo de amnesia y espejismo me parece que los 90 fueron los años de la libertad, de lo nuevo, arte, música a máximo volumen, MTV y credenciales de Fusion y Spec y compras interminables de discos. Por lo mismo, parecen los años de las mejores historias. Esas que comenzaban con miradas de patio, seguían con esperas interminables y miradas fulminantes al teléfono mudo y terminaban con una noche de baile excesivo. Príncipes Azules. Enanos Hermosos. Ramones y Train In Vain. También, como en Singles, las que partieron una tarde tomando té y escuchando discos. Tiempos de los míos, los tuyos, los nuestros. And the time that it took to take down the wall was the time that it took for me to fall hopelessly weak. And there's something of you in everything that I love. I was never much good at goodbyes.
En los 90 bailé con quien no debía. Dí los besos que nunca debí dar, y no recibí los que debí buscar. Pero hoy eso es parte de la magia y el secreto. Es mejor disfrutar el silencio. Nothing Else Matters. Smells Like Teen Spirit. Yo iba en una micro, no sabía lo que era, pero de algún modo me pareció que sonaban un poco a Pixies y así fue como mi corazón recalcitrantemente brit le abrio la puerta a Nirvana, a STP y terminó por rendirse ante el rock americano que inundó la mitad feliz de los 90. Porque mis 90 se dividen entre la miseria y la gloria. La miseria radioheadiana finalmente se fue. Pero me acompañó tanto que le guardo cariño. Además, está unida a demasiadas canciones buenas. La gloria, en cambio, llegó para quedarse. En los 90, viendo City Of Angels me di cuenta de que la miseria era en verdad otra cosa. Una revelación en un entorno bien poco alternativo, digamos, para los tiempos que habían corrido. Pero nadie con el oído medianamente sano podría haber ignorado una canción como Iris. I just want YOU to know who I am.
Mis circuitos saben de buenos sonidos al comenzar el siglo 21. Pero creo que mi corazón melómano anidó en los primeros años de los 90. Confieso que ni Hung Up puede moverme más que Pixies y los Stone Roses. Todavía floto con Heaven or Las Vegas y Loveless me parece una sinfonía. Pocas cubiertas de discos me traen a la cabeza lo que ese rosado furioso y los rojos de Wish y Dynamo. Hoy, la tan de moda nostalgia por los 90 trae de vuelta esos sonidos. Me he puesto a escuchar casettes que habían estado acumulando polvo por demasiado tiempo. Y a conseguir los CDs. A ver viejas fotos. Es una suerte que no pueda decir I found a picture of you, those were the happiest days of our lives. Y francamente, no me molestan los revivals. Me gusta Kasabian. Me gusta Engineers. I'm a looser baby, so why don't you kill me.
A medida que pasan los años y la memoria hace su estupendo e infalible trabajo de amnesia y espejismo me parece que los 90 fueron los años de la libertad, de lo nuevo, arte, música a máximo volumen, MTV y credenciales de Fusion y Spec y compras interminables de discos. Por lo mismo, parecen los años de las mejores historias. Esas que comenzaban con miradas de patio, seguían con esperas interminables y miradas fulminantes al teléfono mudo y terminaban con una noche de baile excesivo. Príncipes Azules. Enanos Hermosos. Ramones y Train In Vain. También, como en Singles, las que partieron una tarde tomando té y escuchando discos. Tiempos de los míos, los tuyos, los nuestros. And the time that it took to take down the wall was the time that it took for me to fall hopelessly weak. And there's something of you in everything that I love. I was never much good at goodbyes.
En los 90 bailé con quien no debía. Dí los besos que nunca debí dar, y no recibí los que debí buscar. Pero hoy eso es parte de la magia y el secreto. Es mejor disfrutar el silencio. Nothing Else Matters. Smells Like Teen Spirit. Yo iba en una micro, no sabía lo que era, pero de algún modo me pareció que sonaban un poco a Pixies y así fue como mi corazón recalcitrantemente brit le abrio la puerta a Nirvana, a STP y terminó por rendirse ante el rock americano que inundó la mitad feliz de los 90. Porque mis 90 se dividen entre la miseria y la gloria. La miseria radioheadiana finalmente se fue. Pero me acompañó tanto que le guardo cariño. Además, está unida a demasiadas canciones buenas. La gloria, en cambio, llegó para quedarse. En los 90, viendo City Of Angels me di cuenta de que la miseria era en verdad otra cosa. Una revelación en un entorno bien poco alternativo, digamos, para los tiempos que habían corrido. Pero nadie con el oído medianamente sano podría haber ignorado una canción como Iris. I just want YOU to know who I am.
Mis circuitos saben de buenos sonidos al comenzar el siglo 21. Pero creo que mi corazón melómano anidó en los primeros años de los 90. Confieso que ni Hung Up puede moverme más que Pixies y los Stone Roses. Todavía floto con Heaven or Las Vegas y Loveless me parece una sinfonía. Pocas cubiertas de discos me traen a la cabeza lo que ese rosado furioso y los rojos de Wish y Dynamo. Hoy, la tan de moda nostalgia por los 90 trae de vuelta esos sonidos. Me he puesto a escuchar casettes que habían estado acumulando polvo por demasiado tiempo. Y a conseguir los CDs. A ver viejas fotos. Es una suerte que no pueda decir I found a picture of you, those were the happiest days of our lives. Y francamente, no me molestan los revivals. Me gusta Kasabian. Me gusta Engineers. I'm a looser baby, so why don't you kill me.
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