Monday, September 03, 2007

Something So Strong

El Tan me llamó justo cuando iba entrando al concierto de Crowded House. Pensar que estuve tan cerca. De seguro es lo más cerca que alguna vez habré estado de ver a Finn y compañía en vivo. Pero el Guatón Feli no me compró mi concepto de viaje. El quería una semana en el Caribe all inclusive. Yo quería Bumbershoot, Mount Rainier y un auto para cruzar el Lago Washington en un día de sol escuchando Recurring Dream. Su idea era echarse en una playa a descansar. La mía era reventarnos haciendo cosas y volver agotados pero habiendo estado en el festival más cool de la Costa Oeste. Pero ya se ve, a veces los mundos chocan. Al final, resolvimos salomónicamente: no hubo viaje para nadie. En algún episodio de ira contenida fantaseé con partir sola. Pero algunas cosas quedaron fuera del rango de opciones hace ya un buen rato. Además, no iba a ser lo mismo. Yo quería que él también conociera ese Pucón con rascacielos que me mató el año pasado y que me dejó con un gusto a poco que todavía me da pena.

Así que al final nos quedamos. El Sábado invitamos a toda la familia a tomar té a la casa, como despedida para la Caro. Y estuvo re bonito. El Tan volvió a llamar, esta vez para ponerme a los Shins al teléfono y contarme que el concierto de Crowded House había estado buenísimo y que para más remate, Eddie Vedder había subido al escenario a acompañarlos en un par de canciones. En fin, como dijo Mick, no se puede siempre tener lo que uno quiere. Pero en la noche, decidí abrir mi DVD de 7 Worlds Collide que la Caro me trajo y me desquité. Nunca será lo mismo, ya lo sé. Aunque igual me emocioné. Hay algo re poderoso en la imagen de los Finn tocando juntos, con sus hijos, con sus amiguetes, mirarles las caras y verlos que se ríen solos haciendo música juntos, no sé. Me gusta eso. Y esa imagen de todo el grupo que acompañó a Neil Finn en los conciertos en el St. James, mirando al puesta de sol en Kare Kare, uf, habla por sí sola.

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