Hooters
En esta vida hay cosas que uno tiene que saber. Pero así como algunos lo que necesitan saber es, por ejemplo, por qué una manzana cae al suelo en lugar de flotar por el aire, o la razón de las inconsistencias del tiempo, lo que otros queremos es saber quien canta o como se llama la canción que estamos escuchando. Y esto último, antes no era nada fácil.
A fines de segundo medio, digamos, 1985, había una radio cuyos creativos, imagino, se habrán considerado geniales por poner a un locutor que hablaba en inglés. Pues bien, en esa radio, en que presentaban One Night Love Affair como cantada por "Canadian Star Bryan Adams" fue que oi por primera vez And We Danced. Logré atraparla en un casette y saber su nombre, pero nunca quién la cantaba. Salí del colegio, de la universidad, dudo haberla escuchado otra vez siquiera. Hasta que una tarde a principios de los 90 estábamos pasando el tiempo, escuchando música, Cabezón, JFC y yo. Entonces decidí poner a prueba la melomanía hasta ese instante intachable de JFC, en calidad aún de amigo del novio de la hermana, pero que ya venía firme por los palos. Le dije que jamás podría responderme quién cantaba And We Danced. Pero me respondió que sí podría y que tenía el disco en su casa. Por si acaso, no era que yo en ese tiempo no supiera que era una soberana estupidez atribuir importancia a saber quién canta una canción o tener un disco para elegir novio, pero para mí esa fue la señal que estaba esperando. Lujos que uno podía darse entonces y no era opción desperdiciar. Hey, estaba la vida por delante; ya se vería después.
The Hooters no son ni el bar donde quería carretear Al Bundy ni el boliche que hay un poco más abajo de mi oficina, que nunca dio la nota con sus meseras en hot pants. Pero tampoco son un One Hit Wonder. Nervous Night, el disco en que venía And We Danced, trae una serie de canciones que todo el mundo debiera escuchar alguna vez: Day By Day, All You Zombies, la misma Nervous Night, Where Do The Children Go. Y nadie debería perderse Satellite y Karla with a K, con acordeones, mandolinas y otros instrumentos poco usuales para una banda de pop/rock, que vienen en el disco que siguió a Nervous Night. En 1994 apareció en las radios Private Emotion, con una letra hecha a la medida de los tiempos. JFC había desperdiciado demasiadas oportunidades y yo había quemado mis naves con Pablo Mármol. Que no era lo mismo ni tampoco igual. En fin, Private Emotion era parte de un disco nuevo, Out Of Body, en el que colaboraba la Cindy Lauper. Ahí fue que me enteré que esta era no más una vuelta de mano, porque Hyman y Bazilian, los cerebrillos de los Hooters, habían colaborado primero con ella en She’s So Unusual. Cosas que uno aprende, como que la voz de hombre en Time After Time pertenece a Hyman. Otra gracia que vale la pena considerar es que Hyman y Bazilian fueron parte importante en Relish, el disco de la Joan Osborne donde venía One Of Us.
Este súbito ataque de hooterismo me vino un día que almorcé en el Tony Roma del Parque Arauco, cuando la música de fondo me pareció extrañamente familiar: era Day By Day. Buen playlist tienen en todo caso, también tocaron Heat Of The Moment; ni que fuera JFC el DJ ahí, pensé. De vuelta a casa busqué mis discos y pasé mis canciones favoritas al iPod. Rastreando a ver si había algo más después de Hooterization, recopilación de 1996 y un disco en vivo, me encontré con un disco de 2007, Time Stand Still, al que tendré que dar una vuelta. Quién lo hubiera dicho. Y además, para economizar, este año salió un CD que reúne los tres discos de la época más típica: Nervous Night, One Way Home y Zig Zag. Yo les digo que es una buena opción para hacerse de 31 canciones que vale la pena conocer o volver a repasar. Private Emotion, esa hay que bajarla no más.
A fines de segundo medio, digamos, 1985, había una radio cuyos creativos, imagino, se habrán considerado geniales por poner a un locutor que hablaba en inglés. Pues bien, en esa radio, en que presentaban One Night Love Affair como cantada por "Canadian Star Bryan Adams" fue que oi por primera vez And We Danced. Logré atraparla en un casette y saber su nombre, pero nunca quién la cantaba. Salí del colegio, de la universidad, dudo haberla escuchado otra vez siquiera. Hasta que una tarde a principios de los 90 estábamos pasando el tiempo, escuchando música, Cabezón, JFC y yo. Entonces decidí poner a prueba la melomanía hasta ese instante intachable de JFC, en calidad aún de amigo del novio de la hermana, pero que ya venía firme por los palos. Le dije que jamás podría responderme quién cantaba And We Danced. Pero me respondió que sí podría y que tenía el disco en su casa. Por si acaso, no era que yo en ese tiempo no supiera que era una soberana estupidez atribuir importancia a saber quién canta una canción o tener un disco para elegir novio, pero para mí esa fue la señal que estaba esperando. Lujos que uno podía darse entonces y no era opción desperdiciar. Hey, estaba la vida por delante; ya se vería después.
The Hooters no son ni el bar donde quería carretear Al Bundy ni el boliche que hay un poco más abajo de mi oficina, que nunca dio la nota con sus meseras en hot pants. Pero tampoco son un One Hit Wonder. Nervous Night, el disco en que venía And We Danced, trae una serie de canciones que todo el mundo debiera escuchar alguna vez: Day By Day, All You Zombies, la misma Nervous Night, Where Do The Children Go. Y nadie debería perderse Satellite y Karla with a K, con acordeones, mandolinas y otros instrumentos poco usuales para una banda de pop/rock, que vienen en el disco que siguió a Nervous Night. En 1994 apareció en las radios Private Emotion, con una letra hecha a la medida de los tiempos. JFC había desperdiciado demasiadas oportunidades y yo había quemado mis naves con Pablo Mármol. Que no era lo mismo ni tampoco igual. En fin, Private Emotion era parte de un disco nuevo, Out Of Body, en el que colaboraba la Cindy Lauper. Ahí fue que me enteré que esta era no más una vuelta de mano, porque Hyman y Bazilian, los cerebrillos de los Hooters, habían colaborado primero con ella en She’s So Unusual. Cosas que uno aprende, como que la voz de hombre en Time After Time pertenece a Hyman. Otra gracia que vale la pena considerar es que Hyman y Bazilian fueron parte importante en Relish, el disco de la Joan Osborne donde venía One Of Us.
Este súbito ataque de hooterismo me vino un día que almorcé en el Tony Roma del Parque Arauco, cuando la música de fondo me pareció extrañamente familiar: era Day By Day. Buen playlist tienen en todo caso, también tocaron Heat Of The Moment; ni que fuera JFC el DJ ahí, pensé. De vuelta a casa busqué mis discos y pasé mis canciones favoritas al iPod. Rastreando a ver si había algo más después de Hooterization, recopilación de 1996 y un disco en vivo, me encontré con un disco de 2007, Time Stand Still, al que tendré que dar una vuelta. Quién lo hubiera dicho. Y además, para economizar, este año salió un CD que reúne los tres discos de la época más típica: Nervous Night, One Way Home y Zig Zag. Yo les digo que es una buena opción para hacerse de 31 canciones que vale la pena conocer o volver a repasar. Private Emotion, esa hay que bajarla no más.
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