Friday, November 16, 2007

Tony Montana

Una para que te diviertas. El otro día pasé por el edificio donde estaba el Crepsu y me acordé de cuando me llevaste a conocer al Caballo Marino, tu flamante nueva adquisición. Tan grande y tan blanco que era. Pero se veía bien detrás de la barra. Eso me hizo acordar que el año pasado fui a comer al Divertimento; no sé si te conté, una comida de oficina, cuando trabajaba con Pelao. El lugar cambió mucho y creo que ya no existe la barra en que La Lama nos preparaba esos exquisitos Dulce María, muy rosados y con exceso de azúcar. ¿Te acuerdas que una vez lo preparamos en tu casa en unos vasos gigantes? Por cierto, recordarás que nunca comimos en el Divertimento.

Debe ser la época, me he estado acordando de varias cosas. De cuando me pasabas a buscar en las tardes, después de estudiar, en el auto de tu mamá. De cómo nos volvimos adictas a Achtung Baby y a la canción que todos sabemos. Del casette de Aidalai y de La Lama, obvio. Curioso personaje. Cumplió su propósito, pero el arrepentimiento me vino demasiado rápido. Error in corpore, que le llaman. Me acuerdo que huía a la casa del Cuico para que no me encontrara en toda la tarde. Suerte que en ese tiempo no teníamos celulares.

Pero nos reímos harto. ¿Te acuerdas de ese asado en la casa del Hugo, que tenía un VW Gol negro tan enchulado como su novia? Nos juntamos a ver un partido de Colo Colo con algo así como el Estrella Roja. ¿Te acuerdas de cuando fuimos a una fiesta de Rozas en la azotea de su edificio? Al día siguiente mi nana encontró la botella de whisky que don Dalai había puesto en mi bolso. Ay, y esa horripilante fiesta de año nuevo en una casa vieja del centro. Ya sabíamos que la lluvia un 31 de diciembre no podía ser una buena señal. Seguro te acuerdas del Quick. Ese sí que era personaje con telón desteñido y soundtrack del organillo desafinado. Como decía mi nana, hay que ver que el grupo era terrorífico. Me he preguntado harto si acaso el Chapu se acordaría de mí cuando muchos años más tarde llegó a trabajar a la oficina, muy serio, compuesto y ya completamente calvo. ¿Y te acuerdas la tarde que el Caballo nos puso a ver Scarface? Tony Montana, ese sí que era su ídolo, si hasta le tenía lástima. Me acuerdo cuando te decía esas frases malvadillas, como extraídas del manual del sicópata de la vena hinchada. Y cómo olvidar a Jane de la Selva. Creo que me contaste que el hombre es ahora padre de familia y abogado. Me lo imagino más de lo segundo que de lo primero. En fin, tal parece que todos crecemos. Pero dime que no es bueno tener memoria.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Jjajajaj....sabes, me acuerdo bien del Quik(curiosos nombre...) pero al Hugo no lo recuerdo..
Fueron tiempos memorables, como olvidar...aún conservo cierta malsana nostalgia por esa actitud irresponsable hacia la vida y a la total ausencia de futuro, en mi caso, que me llevaba a tomar como si el mundo fuera a acabarse y a divagar por delirantes mundos de colores donde cabía cualquier cosa, una poesía, una canción, el más rudo de los golpes o una gran patada para tirar, anios después, a Puschel del auto que conducía en Bellavista....JAJAJAJAJJAJAJAJJAAJJAhhhhhhhhh....No me arrepiento de nada!!!!
Sabes amiguita? sin todas estas historias no podría ser hoy en día una responsable madre de familia que construye día a día su matrimonio y que trata de completar cualquier vacío que la vida me hubiese regalado al momento de nacer, de esos que antes, se llenaban con alcohol.
Aquí, en la recepción de un hotel en Costa Rica, se escucha una canción de Bosé, y es como ser parte de un video película, de la que somos protagonistas, y que nos lleva del tortuoso y loco pasado al esforzado, equilibrado y valioso presente. Gracias a Dios amiga, es así, gracias a Dios.

2:23 PM  

Post a Comment

<< Home