Dos Días En La Vida
"See Buy Fly, Amsterdam Airport" decía mi bolsa amarilla por fuera. Un día perdí toda esperanza de volver a ver lo que había dentro. Y otro día, ya hacia el final del proceso de vaciar el departamento de mi papá, apareció. Hubiera querido hacer un ritual para sumergirme en el tesoro. Mapas, folletos, mi ticket de KLM y mi Eurail Pass. Boletos de micro, de metro, del Eurostar. Postales, libros, flores secas, cartas que nunca mandé, faxes (si... faxes) que recibí. Cosas que escribí, siempre anotando las canciones que escuchaba en el momento. Billetes de monedas que ya no existen. Tantísima maravilla en seis idiomas. Pero hoy no tengo mucho tiempo para rituales. Asi que de a poco la he ido explorando. Hay una pequeña bolsa por cada país y oleadas de sensaciones. Una carta que escribí a la Caro la tarde que llegé a Venecia, sentada en la puerta del albergue, mirando el agua de color plateado que se movía con la brisa tibia. El día siguiente lo pasé capeando la lluvia, recorriendo calles centenarias, estrechas y mojadas, tomando café y conversando con el gringo más entretenido que alguna vez conocí. Compré postales de la Venecia que no vi y las puse en mi bolsa. Cerré los ojos y desperté en Austria.
La web puede ser la peor pesadilla o la mayor maravilla. Fue evidente que la productora que hizo una película sobre música de Vivaldi tenía que era ella. Me respondió con la misma onda y la misma ironía con que enganchamos cuando nos encontramos en nuestra pieza del albergue. "I do remember our time together of course. The experience of seeing those Klimt works live for the first time is absolutely etched in my memory. And the Vienna Phil too wasn't it?! Amazing!!!!" Cosas como esta me emocionan. Y me hacen pensar. Pensar que es la pura verdad eso que he estado leyendo, de que las personas estamos hechas para conectarnos con otras personas. Que lo que nos hace humanos es el conversar. Que nuestras relaciones son conversaciones que tenemos con otros. Y que no hay muchas diferencias entre la gente de un lado y de otro cuando se trata de ciertas cosas. La música, la pintura, el arte en general, la belleza y esa necesidad imperiosa de expandir el horizonte y lanzar nuestra mirada siempre un poco más lejos. Más allá del más allá.
Probablemente por el resto de mi vida la imagen de El Beso me va a seguir emocionando. Está por todos lados. Me pasa también con la Primera Sinfonía de Beethoven. Cada vez que veía a esos viajeros australianos con sus banderas cosidas en la mochila me acordaba de la Joanna. La Joanna fue mi roommate en Viena. Australiana, pelirroja, irónica y divertidísima, si no se me hubiera perdido la bolsa, estoy segura que habríamos seguido en contacto. Con la Joanna salimos a vagar por la ciudad y nos metimos a la catedral gótica de noche para escuchar un concierto de órgano que daba más miedo que la cresta. Fuimos a ver a la Filarmónica de Viena y luego caminamos y nos quedamos en un café muy bohemio conversando hasta la hora sin hora. Hicimos un tour por la Opera de Viena e hicimos esa cola interminable para ver El Beso. Nos despedimos muy temprano en la mañana, porque tomaba un bus rumbo a Budapest. Me acuerdo que me dio pena cuando se fue. No conocí a nadie más cool que ella en el resto del viaje y me pregunté mil veces qué habría sido de su vida. Y a veces, como dice la canción, no sabía si lo soñé o lo viví.
La web puede ser la peor pesadilla o la mayor maravilla. Fue evidente que la productora que hizo una película sobre música de Vivaldi tenía que era ella. Me respondió con la misma onda y la misma ironía con que enganchamos cuando nos encontramos en nuestra pieza del albergue. "I do remember our time together of course. The experience of seeing those Klimt works live for the first time is absolutely etched in my memory. And the Vienna Phil too wasn't it?! Amazing!!!!" Cosas como esta me emocionan. Y me hacen pensar. Pensar que es la pura verdad eso que he estado leyendo, de que las personas estamos hechas para conectarnos con otras personas. Que lo que nos hace humanos es el conversar. Que nuestras relaciones son conversaciones que tenemos con otros. Y que no hay muchas diferencias entre la gente de un lado y de otro cuando se trata de ciertas cosas. La música, la pintura, el arte en general, la belleza y esa necesidad imperiosa de expandir el horizonte y lanzar nuestra mirada siempre un poco más lejos. Más allá del más allá.
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