Sunday, April 15, 2012

It's Only Life

Uno de los recuerdos más lindos de mi viaje a Seattle el 2006 es Phantom Limb, la canción de The Shins. Todavía hoy, cuando la escucho, siento una emoción sin un nombre muy específico, pero que me llega hasta la garganta y me pone los pelos de punta. Es el sonido de las horas volando de Miami a Seattle, cruzando todo Estados Unidos en diagonal, por un cielo despejado que dejaba verlo todo, muy abajo, desde tan arriba. Es el sonido del vuelo Portland - Santiago con la cabeza en ebullición y con una extraña certeza de que algo estaba sucediendo allá adelante, algo que no podía ver todavía, pero que era cuestión de tiempo. A los pocos días me llamaron de M&B. Y un par de semanas después, en una mesa del Starlight de Fidel Oteíza, llamé para aceptar la oferta de Farquaad. Era 31 de diciembre y junto con el año, yo cerraba un ciclo fundamental de mi vida. Unos años antes, había comenzado otro ciclo. Había vuelto a escuchar y buscar música, como había hecho toda mi vida, hasta ese momento en que no sé por qué, puse compuertas en varios de mis afluentes principales. Mi amiga Jime diría que en ese blackout perdí mis alas. Yo estoy de acuerdo. Pero uno no puede vivir sin alas. Y la verdad es que tenerlas, pero llevarlas escondidas, se parece demasiado a no vivir. En ese momento fue que encontré a The Shins. Por eso, cuando apareció esa película maravillosa llamada Garden State, yo ya sabía que Natalie Portman tenía razón. Y puede que ninguna canción de los Shins haya cambiado mi vida, pero claramente siempre ha habido una sonando cuando mi vida cambia.

Yo no me había dado cuenta de esto, hasta que a mi cabeza se le ocurrió combinar la reseña de Port Of Morrow, el último disco de los Shins, con lo que escribió mi amigo Cancino sobre James. Yo no tengo esa conexión emocional existencial con James como banda, pero sí la tengo con algunas de sus canciones, sobre todo las de los noventas. She's A Star, las canciones de Laid, y especialmente Sometimes, con esa línea que es mi favorita de todas sus canciones: Sometimes when I look deep into your eyes I swear I can see your soul. Supongo que se debe a que entre la multitud de seres que poblamos este planeta, existimos algunos que resonamos de manera profunda con la música en la forma de canciones. Y que ponemos nuestros ojos, oídos y corazones en la gente que las hace, porque sentimos que si sus canciones nos llegan es porque algo en común debemos tener. Puede que jamás lleguemos a cruzar una palabra con ellos, pero sabemos que algo en nosotros se parece a algo en ellos y por alguna razón eso nos hace sentir bien. Acompañados, no matter what. James Mercer es el corazón de los Shins. Es un bacán y mi típico sweet bastard musical favorito. Un tipo que manda el juego todo el rato, pero que tiene el don de la melodía y la sensibilidad observadora y perspicaz de la gente a la que no se le escapa nada, por más que parezca caminar flotando por las calles sin ver más allá de su nariz. Apenas salió Port Of Morrow lo bajé y salí a caminar con él. Amé, por sobre todos los tracks, It's Only Life. You've been talking for hours. You say "time will wash every tower to the sea". And now you've got this worry in your heart. Well, I guess it's only life. It's only natural. We all spend a little while going down the rabbit hole. The things they taught you. They're lining up to haunt you. They've got your back against the wall.

Supongo que todos estamos siempre buscando. O deberíamos estarlo. La vida en la Tierra es movimiento y es cambio. Y nosotros vivimos aquí. Deberíamos temer a la quietud. Yo le temo, de hecho. Pero ahora que soy más vieja, ya no lo veo como un error. Eso que algunos me mostraban como una forma equivocada y sufriente de vivir; la inquietud, el andar siempre pensando en canciones, libros, películas, ideas raras y metiéndome por caminos poco transitados. Ahora creo que no está mal eso, porque tenía un propósito y yo lo veo cada vez más claro. Deberíamos temer, también, a la sensación de haber logrado algo y merecernos un descanso. La gente habla de consolidación. A mi me suena a fosilización. Deberíamos temer a la satisfacción. A la conformidad. A la resignación. Debiéramos temer a no sentir ya hambre por aprender, por hacer cosas nuevas, por explorar, por encontrar, por apasionarnos, por amar lo que tenemos y por soñar con lo que podríamos ser. Debiéramos temer a que un día ya no nos falte eso que siempre hemos echado de menos, sin saber lo que es. Debiéramos temer a no querer seguir creándonos una vida que haya valido la pena. Una vida que deje un rastro. El mejor que hayamos podido dejar. No es el camino fácil. No es el pavimentado ni el señalizado. Aunque si usamos los ojos correctos, siempre podremos ver las luces y las señales para no perdernos. Yo por mientras camino por las calles, en silencio. Mirando las hojas volverse amarillas y flotar contra el cielo azulino de Abril cuando hay un poco de viento. Camino bajo las encinas de Reyes Lavalle mientras caen gotas del cielo y comienza a salir ese olor maravilloso de la tierra mojada. Camino esperando. Buscando. Skindiving. Escuchando. Contenta. Con calma. I've been down the very road you're walking now. It doesn't have to be so dark and lonesome. It takes a while but we can figure this thing out and turn it back around. Supongo que esto es la vida. Sólo la vida.