Friday, April 28, 2006

Flanders

Brujas fue fundada por los vikingos. Así de antigua es. Se llama en realidad Bruges y se dice que su nombre deriva de una palabra escandinava antigua que significa puerto o lugar de atraque. Por su cercanía al Mar del Norte y su conexión a través de un brazo de mar llamado el Zwin, Brujas fue un importante puerto internacional y adquirió derechos de ciudad en el siglo XII. Y su muralla protectora como toda ciudad medieval que se preciara de tal. En el siglo XIII se había convertido en un importante centro de negocios, que reunía a todos los comerciantes del mundo conocido para transar sus productos y hacerse de los aclamados textiles flamencos. Para el siglo XIV Brujas constituía además un centro financiero internacional, cosmopolita y sofisticado. Pero tuvo mala suerte. El Zwin había comenzado a obstruirse con sedimentos que dificultaron hasta terminar impidiendo la navegación y aunque recurrieron a otros puertos externos, perdieron la competencia con el puerto de Amberes. Estas causas, más una crisis de la industria textil gatillaron el declive de la ciudad. En todo caso, la decadencia tardó en hacerse evidente y en el intertanto, surgieron espléndidas construcciones góticas, casas, iglesias y edificios y floreció como nunca la escuela de pintura flamenca. Sin embargo, al terminar el siglo XVI la gloria de Brujas era sólo un recuerdo y la ciudad quedó sumida en un letargo que duró varios siglos. A mediados del siglo XIX Brujas era la ciudad más pobre de Bélgica.

Pero ocurrió algo interesante. Probablemente gracias a ese mismo sueño invernal, Brujas llegó al siglo XX casi intocada, al menos en su casco viejo. Uno se baja en la estación de trenes y comienza a caminar por un entorno bastante contemporáneo, pero a poco andar aparecen antiquísimas torres, agujas, contrafuertes y arbotantes, todo construido en la típica piedra caliza europea, que casi siempre está teñida con hollín, que le da esa dosis de dramatismo y truculencia que uno espera.

A pesar de la fascinación de ver por fin esas construcciones que me habían llamado la atención desde que era chica, me pasó una cosa extraña. Visité una iglesia muy antigua, tan antigua que para entrar había que bajar hacia los niveles en que se construía en ese tiempo. Y me sentí mal, una opresión en el pecho, como si el aire se hubiera puesto húmedo y denso de pronto y a pesar de toda la imponente belleza de la piedra, la atmósfera hubiera estado cargada de algo. Se dice que las iglesias acumulan las miserias de los seres que lloran y sufren en ellas. Y si eso ha ocurrido por casi mil años, saca la cuenta. Además, en la Edad Media, las iglesias se usaron para muchísimo más que hacer misa.

De cualquier manera, la ciudad tiene bien ganado su apodo de La Venecia del Norte. Está en mucho mejores condiciones y huele harto bien. A waffles y chocolate belga, de hecho. Y el nombre de Brujas le queda excelente en castellano, porque desde el Belfry y para quien se anima a subir los 83 metros de peldaños angostísimos y puede aguantarse el toque del carillón justo debajo de las campanas, es una experiencia increíble ver miles de torres y agujas, iguales a como uno se imagina las casas de las brujas de los cuentos. A la hora de la puesta de sol, los techos oscuros se recortan contra el cielo, negros y puntiagudos, tal como dibujamos sus clásicos sombreros. Definitivamente, Flanders es más que un personaje de Los Simpsons.

Thursday, April 27, 2006

Holanda!

Wednesday, April 26, 2006

Sole Survivor

Es Primavera en Europa. Tiempo de Flores en Holanda. Todos andan en bicicleta, lo mismo yo. No hay nadie en la casa y me tomo un tren a Rotterdam. Antes de dormir escucho a Prince en el bar, me fumo unos cigarros y tomo cerveza Heineken que sí es made in The Netherlands. Amsterdam me espera mañana.

Tuesday, April 25, 2006

The Flying Dutchman

Junto con ser el nombre del programa de viajeros frecuentes de KLM, el título de una obra de Wagner y el nombre de varias canciones, entre ellas una de la Tori Amos, The Flying Dutchman es también el nombre del Caleuche holandés. Un barco fantasma condenado a vagar por los siete mares por toda la eternidad. En ese tiempo yo no le tenía miedo a los aviones. No como ahora. Tampoco tenía mucho que perder entonces. Y lo que quería era sentir la sensación de andar vagando por el mundo. Me preguntaba cómo sería bajarme del avión en Ámsterdam, con mi mochila, mi walkman y mi Lonely Planet como inventario. Si sería capaz. Tan lejos de todo.

Si hubiera existido entonces, este habría sido mi himno.

Watching the people on the street today she couldn't help but smile
Watchin' the town go walking by all shaded eyes and alibis
Strange how much pain you can hide away beneath a well-cut suit
This is the day she walks away
And the lights of the city pushin' a good time
Asking her out tonight
But she's saving her money for a better life

She's got a map of the world
Pinned up on her wall
She's got a map of the world
She's gonna go and see it all
She's gonna see it all

Watchin the people on the street today
Such a lonely sight'
Swore she could see their dreams go by
All cars and stars and buy buy buy
Runnin on empty
Runnin to stand still
No time for their own lives
Sleepwalking through the danger signs
And it feels a little scary
A little runaway
Letting go of all she's done
And the lights of the city, well they're all singin'
Buy some of this, cmon
But when you lie to yourselfYou lie to everyone

She's got a map of the world...

She'll empty the sand from her shoes
In Paradise
Sail out across the bay
She'll dance under an island sky
Until the break of day

She's got a map of the world
Pinned up on her wall
It's such a beautiful world
Glistening and magical
She's got a map of the world
Shining away in her mind
Colouring-in her life
This is the day she walks
She's gonna see it all
She's gonna breathe it all
Paris London New York
She's gonna see it all

Monday, April 24, 2006

Ten Years After

Este es el Laberinto de la Catedral de Chartres. Desde hace cientos de años, la catedral es visitada por peregrinos que lo recorren en silencio y concentradamente, siguiendo la ruta que lleva a la Rosa de Piedra en el centro. El Laberinto es una imagen poderosa en la simbología medieval, que por cierto es mucho más luminosa e inspiradora de lo que la historia del arte religioso nos ha hecho creer. No es casualidad que en varias de las principales catedrales europeas haya un laberinto tallado en el piso. El Laberinto representa la búsqueda, por un recorrido intrincado. Algo demasiado familiar.

Hace poco encontré mi bitácora de viaje a Europa, 1996. Un cuaderno forrado en tela que me regaló especialmente para eso la más cool y jamás nerd de William. Me gustó abrirlo, porque encontré dibujos de castillos y torres góticas, referencias a canciones, flores de la primavera alpina y otros recuerdos que en algo disminuyeron la pena de que mi bolsa con los cachureos que junté día tras día fuera a parar a la basura, en manos de alguna nana ultradiligente. Y pensé que sería bueno revisitar esos escritos, con los ojos y las orejas de hoy, con arrugas y mañas, pero con algunas misiones cumplidas, lo cual no es poco decir.

Friday, April 21, 2006

The World Keeps Turning

Wednesday, April 19, 2006

Sunshower



















Dark as roses, fine as sand
Feel your healing and your sting again
I hear you laughing and my soul is saved
On forgotten graves you cry
Crawl like ivy up my spine
Through my nerves and into my eyes
Cuts like anguish
Or recollections of better days gone by
But it’s all right

When you’re caught in pain
And you feel the rain come down
It’s all right
When you find your way
Then you see it disappear
It’s all right
Though your garden’s grey
I know all your graces
Someday will flower
In the sweet sunshower

Eyes like oceans so far away
A feather trail to a better way
Worried mornings turn into days
Then into worried nights
But it’s all right

When you’re all in pain
And you feel the rain come down
Oh it’s all right
When you find your way
Then you see it disappear
Oh it’s all right
Though your garden’s grey
I know all your graces
Someday will flower
Oh in the sweet sunshower
Oh in the sweet sunshower
In the sweet sunshower
I know all your graces
Someday will flower
In the sweet sunshower
And it’s all right
All you’ll be you are today
Are today
It’s all right
All you’ll be you are today
Are today

Monday, April 17, 2006

Evergreen

Thursday, April 13, 2006

Here And Now


Johnny F. Cage, a.k.a. Sweet Bastard, solía hablar en letras de canciones y guiones de películas y era algo dado al cliché. Me gusta acordarme del principio, porque fue como la canción de Mecano. Nos vimos tres o cuatro veces por toda la ciudad y una noche se decidió a atacar. Y yo que estuve a un segundo de huir con el Flaco y el hoy respetable abogado Cox, pero la melomanía patológica de JFC y su incomparable gusto, de Yuri a Accept, fueron más poderosos.

Cuando conocí a sus papás estaban planeando construir en Ranquil. La tía se estaba recuperando de un accidente vascular, pero al poco tiempo estaba jugando hockey otra vez. Trabajaban mucho. Y les iba muy bien. Nunca fueron la imagen de la familia ideal, pero funcionaban en forma más que decente, y en todo caso mucho mejor que mi propia familia. Por lo mismo, pasé mucho tiempo con ellos.

JFC, que era naturalmente llorón, se ponía peor cuando tomaba demasiado. Aunque tenía una curiosa sabiduría de niño anciano que no terminaba de calzar con su edad, ni menos con su look de James Dean rockero fumando en la barra. Siempre estaba predicando sobre la importancia de “vivir el momento”, cosa que dado su insolente relajo frente a las obligaciones, la poca importancia que le daba al estudio y la mucha que le daba al carrete, más parecía una declaración de principios de post adolescente no asumido que una verdad fundamental de la vida. Para un cumpleaños mío, ya tarde y todos muy tomados, nos dijo que su peor terror era que sabía que su mamá tendría otro ataque y no lo resistiría. Y que por eso había que aprovechar el tiempo. Ese verano, habíamos estado en Ranquil en la casa nueva y habíamos bajado al río y yo había conocido ahí a los Opis. Ellos iban allá por las mañanas y comían manzanas sentados en un banquito de madera. Me enamoré de la posibilidad de envejecer con mi partner caminando por el campo, hasta que las piernas ya no nos dieran. La Omi siempre me decía que había que encontrar a ese compañero de la vida. Y eso que ella había perdido al primero, pero tuvo suerte y encontró a otro. Eventualmente, su nieto no fue mi partner, a la tía le dio otro ataque y aunque sí lo resistió, ya no volvió a ser ella nunca más. En verdad, nada volvió a ser igual, para nadie.

A mí lo que más me impactó fue ver lo poco que habían valido los sacrificios, el ritmo apuradísimo de cada día, todo para cuando llegara ese tiempo en que disfrutarían la casa del campo, la de la playa y la tranquilidad de lo acumulado. Pensé en los viajes que nunca pudieron hacer y las cosas que nunca volvieron a compartir. Las manzanas que nunca se comieron en el río. La pareja que dejaron de ser. Y de pronto me hizo sentido lo que JFC decía. Lo de aprovechar el ahora y no planificar tanto. Cuando un tiempo después él estuvo muy enfermo, probablemente de pura pena, lo hablamos. Y se reía, como si siempre hubiera sabido todo lo que iba a pasar. La verdad es que el tipo había exagerado un poco la nota; cuando lo echaron de la universidad, cuando vaciaba los refrigeradores y bares de todas nuestras casas, cuando quería ser el hombre más triste sobre la faz de la tierra, cuando quería morir estrellado a 300 kilómetros por hora en su auto taquillero, contra una muralla de concreto y la radio a todo volumen. Lo increíble es que lo tuvo absolutamente todo para echarse a morir, incluso la enfermedad. Pero no iba a hacerlo.

Antes yo no pensaba como ahora. Me gustaba planificar todo, me gustaba tener todo asegurado y sentía que siempre había que guardar para después. Que había tiempo, que se podía y hasta se debía sacrificar el hoy para disfrutar el mañana. Pero ahora lo veo tan diferente. Ahora que tengo a mi manada, hoy que tengo a mi partner a mi lado y a mis niños conmigo, a mis hermanos, a mis buenos amigas y amigos, siento en serio que la vida es ahora. Que es hoy cuando uno debiera irse a dormir con la sensación de haber aprovechado todo al máximo. Haber dicho todo lo que había que decir y hecho todo lo que había que hacer. Aunque no resulte, con errores, con condoros, pero lo mejor posible, porque puede que seamos afortunados y lleguemos a viejos juntos, pero puede que alguien parta antes, también. Y todo desaparezca. Esta Semana Santa se cumplen dos años desde que Pedro se cayó. Y cada vez que lo veo correr, hablar y aprender pienso en que pudo no ser así. Y recuerdo que todo puede cambiar de un instante a otro y que todos los sueños que uno tiene pueden desvanecerse en lo que toma pestañear. Lo que me da pena es cómo me di cuenta de todo esto.

Wednesday, April 12, 2006

New Order

Hoy ordené mi escritorio. Es algo que no hago muy a menudo. Sólo cuando salgo de vacaciones, cuando el caos no me deja poner ni las manos encima o cuando el desorden me da vergüenza. Debajo de mi mouse pad estaba una serie de post it que había ido acumulando a través del tiempo. Eran mi lista de canciones por conseguir. Algunas ya ni se distinguen porque la tinta se ha ido borrando. Otras están tachadas, porque ya las tengo. Y al leerlas, cada una corrió a ubicarse en su momento en el tiempo. Me acordé de las tardes en que incluso al teléfono o en mitad de un conference call me las arreglé para garabatear los nombres y de los escaneos neuróticos de allmusic porque sólo había agarrado un pedazo del título. Mi ser cachurero y sentimental a morir no pudo desprenderse de ellos. Así que los estiré, los junté con un clip y los dejé al lado de mi equipo. Siempre habrá canciones por conseguir.

Monday, April 10, 2006

The Breeders

“Ah, es que yo quiero terminar de criar rápido”. Esta es una frase frecuente entre mujeres en etapa de preservación de la especie. De preferencia ABC1. Están en el supermercado, en el mall, en el colegio; te preguntan cuántos niños tienes, sus edades y proceden a sacar tu razón de niños paridos por año y rankearte. Luego te dan su puntaje y tiran la frasecita.

¿Que tengo 36 años y apenas dos hijos?, ¿Es eso lo que me quieren decir? Bueno, yo parto por decir que no entiendo muy bien lo que es criar rápido. No sé si es parir tres en dos años, si es acortar el período de pañales al mínimo posible, lo cual puede ser económicamente razonable, o si es concentrar el insomnio maternal en unos pocos años, lo cual es fisiológicamente inviable. Tampoco logro entender bien qué es eso que están postergando y que las lleva a necesitar “criar rápido”. Tengo la impresión que, en pocas palabras, criar rápido es tener todos los hijos chicos al mismo tiempo y manejarlos como un ente colectivo. Digamos, más barato por docena, o algo así.

Esta es otra: “No, vieja, es que después de los 35 uno no tiene las energías para tener más guaguas, la naturaleza es muy sabia, nos da las energías cuando somos jóvenes, así que hay que salir de esto rapidito”. Supongo que debería entender que, salvo que haga tareas esta misma noche, mi próxima guagua va a tener por madre una vieja absolutamente desgastada y mientras yo apenas me arrastro con mi coche ellas pasarán por mi lado ágiles, lozanas y libres de obligaciones maternales.

Tengo que advertir que me saco el sombrero ante las mujeres que optaron por dedicarse totalmente a los hijos y que se definen mujeres en tanto madres. Un poco las envidio incluso, porque yo no nací con esa vocación. Y que respeto a las que teniendo una carrera que les come mucho tiempo y energías pero les devuelve satisfacciones espirituales y materiales, han optado por tener muchos hijos. Todas ellas quedan fuera de esto. Esto es sobre las que juzgan opciones diferentes, aconsejan sin que les pida o se creen con derecho a cátedra en algo tan personal como cuándo debemos tener hijos. Como la polola de mi compañero de curso que, anillo de compromiso en dedo, decidió encuestar a las compañeras no casadas – ni tituladas- entonces, para saber qué estábamos esperando que no salíamos a agarrar el nuestro.

Es cierto que no buscamos que Pedro y la Magda tuvieran cuatro años de diferencia. Pero en el mejor de los casos se habrían llevado casi tres, porque antes de eso no queríamos tener otra guagua. Y a pesar de que pasamos momentos difíciles, hoy me doy cuenta que aprovechamos bien la demora. Tuvimos casi cuatro años para dedicarnos a ella sola. Tiempo para compartir con ella, jugar, enseñarle cosas, hacerla dormir y quererla. Casi cuatro años para hacer de ella una niña segura de sí misma a quien nadie le quitaría su lugar.

Ahora que Pedro acaba de cumplir dos, ya comenzaron a llover las preguntas, los consejos baratos y los desatinos varios. Y claro, uno no puede andar por el mundo devolviendo pachotadas, por más que se las merezcan. Al principio pensaba que había que programar a las guaguas y que debían nacer en primavera. Pues me nació una en invierno y el otro a fines del verano. Creía que la Magda “debía” tener una hermanita compañerita. Pues me salió un hombre y más tarde de lo que quería. Pensaba que los niños debían ser seguidos, pero la experiencia me ha demostrado que el colectivo infantil es un peligroso potencial de descuido de sensibilidades individuales y necesidades especiales. Estuve a poco de creerme que había que criar rápido. Pero no sabía lo que era criar. Ahora que lo sé, puedo decir que no va conmigo lo de tener hijos muy seguidos y menos lo de criar rapidito. Bastante me cuesta recomponer la cabeza – qué decir del cuerpo- después de un parto; las ganas de aperrar otra vez se demoran en volver.

Hoy diría que tengo casi certeza de que voy a tener otro hijo. Y que cualquiera de estos días voy a despertar con ganas de encargarlo. Pero también sé que quiero disfrutar a mi Pedro guagua por el mayor tiempo posible. Y que me importa un huevo ser una mamá vieja. Primero porque odio que me apuren, segundo porque no cuadro en ese molde y tercero, y más importante,
porque creo mucho más en los resultados finales de un equilibrio entre grupo e individualidad, con tiempo especial para cada hijo, que en los de ese modelo sugerido de camada en escalerita, todos vestidos iguales y mamá criando rápido. Para correr a operarse las pechugas.

Friday, April 07, 2006

The Trees

I took an air-rifle, shot a magpie to the ground
And it died without a sound
Your skin so pale against the fallen Autumn leaves
And no-one saw us but the trees
Yeah, the trees, those useless trees
Produce the air that I am breathing
Yeah, the trees, those useless trees;
They never said that you were leaving
I carved your name with a heart just up above
- now swollen, distorted, unrecognisable; like our love
The smell of leaf mould & the sweetness of decay
Are the incense at the funeral procession here, today
In the trees, those useless trees,
Produce the air that I am breathing
Yeah, the trees, those useless trees;
They never said that you were leaving
You try to shape the world to what you want the world to be
Carving your name a thousand times won't bring you back to me
Oh no, no I might as well go and tell it to the trees
Go and tell it to the trees, yeah

Tuesday, April 04, 2006

El Eco y Los Hombres Conejo

Yo no conocía Rust. Había dejado a los Bunnymen muy atrás en los noventa. Pero me acuerdo muy bien del día que la escuché. Número Uno iba en la tarde todavía y llegué a la casa y puse la radio y apareció. Nunca más me la pude quitar de la cabeza. Lo peor de todo es que nunca la pude conseguir.

Rust es el tipo de canción que te parte el corazón aún en medio del día más feliz de tu vida. Esa combinación perfecta de letra y melodía que te hace sentir ganas de estar pasándolo realmente mal, para poder cantarla con todo derecho. Bien, esto último es medio enfermo, pero al final todo esto es terapia. Así lo definimos.

De ahí en adelante, se transformó en una de mis canciones-obsesión, la lámina difícil del álbum, esa que no logras tener. Por eso, probablemente, cada vez que la escuchaba era un momento sublime. Este verano, era de noche y yo iba en el auto y en el cruce de Estoril con Kenendy, apareció otra vez. Escuchar ese lamento en la oscuridad es toda una experiencia. Con algo de deja-vu.

Incansable, siempre revisaba el catálogo de mi cantera de mp3, que no tenía más que The Killing Moon. Y siempre el mismo vacío. Hasta este domingo, que apareció actualizada y con la colección completa de los Hombres Conejo. Entonces, respiré hondo, pagué y bajé Rust. Ahora nadie me la puede quitar.

I wish that you were here
Down amongst the dust
I need someone to help me
You need someone to trust

There's something with these tears
Turning me to rust
I need someone to help me
Yeah I need someone to touch

Give me one more try
And I'll come flaking back to you
I wish that you were here
I wish that it was true

I can feel the stars shooting through my heart like rain
Leaving on the scars where the pleasure turns to pain
Point me in a light
Bright and shiny in right direction
And then take me home again

Just when you thing it's over
Just when you think it's done
Out of every nowhere
You never see it come
I know the lines are showing
I can't keep them in
Like everybody's story
It's written on the skin

Give me one last try
And I'll make it up to you
Wish that you were here
Wish that I was true

I wish that you were here
Down amongst my dust
I need someone to help me
You need someone to trust
There's something with these tears
Turning me to rust
I wish that you were here
I wish that it was ours

... Everything's gonna be all right ...

Monday, April 03, 2006

Celebrosas y Tontitas

El Sábado, camino al mall, la Magda me pidió que le pusiera el Favorites 2. El Favorites 2 es un disco que hice para llevar en el auto el verano del 2005, con las canciones que más nos gustan a todos. Cuando lo puse, me dijo “Pero Mamá, este disco es para escuchar en vacaciones”. Yo le expliqué que podíamos escucharlo igual en Santiago y acordarnos de las vacaciones. Entonces ella me dijo “Ahh, claro, es una máquina acordadora. No toda la gente tiene una máquina acordadora. Sólo las celebrosas y tontitas”. Cuando le pregunté lo que quería decir me respondió, “celebrosa y tontita es la gente que tiene mucho celebro y lo tiene lleno de tonteras, como nosotras”.

Más allá de globos y ositos rosados y en mi cruzada permanente por derribar ese políticamente correcto modelo de mujer abnegada y transfigurada por la maternidad, a mí me parece que los hijos pueden ser una fuente inagotable de terror, incertidumbre y dolor. Qué feo. Pero está bueno de mitos y novelitas. Admiro a la mujer que escribió ese libro llamado “Quién Dijo Que A Los Hijos Había Que Quererlos”. Embarazarse, parir y criar es una tarea titánica y más de alguna vez terrorífica. Recuerdo mis primeros días de madre y el pánico que sentía cuando miraba a la Magda. Sí!!! la misma que ahora me acompaña, me hace reír y saca lo mejor de mí. Pienso en mi depresión post-parto/no-depresión-sólo-un-bajoncillo-muy-normal, para los que no querían creer que me sintiera vacía, inútil e infinitamente triste. Al día siguiente de nacer la Magdi lloré toda la tarde, estuve varios días sin comer, me ahogaba de noche y me dolía la guata cuando la escuchaba llorar. Y este es el asunto: no conozco una mujer que haya experimentado esa dulce transfiguración maternal. Yo sólo escuché llantos y gruñidos. Y lo que es peor, todas lo saben, pero ninguna tiene la gentileza de decírnoslo. Nuestras mamás sufren de amnesia (o la simulan, seguro pensando en nuestro bien) y las suegras envenenan la cabeza de las nueras. Yo no tuve suegra, pero sí mis amigas. Y hay algo de eso.

A veces creo que el impacto de tener un hijo no es tanto el no dormir, el deber de proveer, o el tener que cuidarlos bien. Yo creo que el verdadero vértigo te da cuando caes en cuenta que nos toca nada menos que enseñarlos a ser felices y a hacer felices a otros. Hacer de ellos humanos que valgan la pena. Porque a veces dudamos si nosotros mismos hemos llegado a ser personas que valen la pena.

No es que uno odie a su guagua. Al menos no todo el tiempo. Lo que sí ocurre es que ella te enfrenta 24 horas al día, por el resto de tu vida, a tus peores miedos. Te saca el gusano que llevas dentro. Si hasta ahora brillaste en la vida, este es tu momento de caer. Si nadie te pidió nada todos estos años, este es tu tiempo para empezar a dar sin límites. Y dudas de tus capacidades. Otras veces, simplemente ves que el asunto te supera. Guateas. Y eso duele.

Pero a pesar de bajones, preguntas sin respuestas y chancacazos contra la realidad, el otro rincón es demasiado luminoso para no visitarlo. Están las risas, los juegos y la complicidad, la compañía, tu camino hacia la entrega y la maravillosa posibilidad de abrirles sus ojitos al mundo. Una experiencia que nadie debiera perderse. Un amor que duele y que no tiene comparable en la vida. La más dulce recompensa. Ellos nunca sabrán que un “Mamá”, un beso porque sí o una simple sonrisa lo pueden todo. Hasta hacer reír a celebrosas y tontitas. Y hacerlas querer ser mejores personas. Y tener más hijos.