Thursday, April 30, 2009
Friday, April 24, 2009
Adormidera, El Ombú, Tu y Yo.
Y como desapareciste y el iTunes era una cascada de canciones de la vida, me quedé esperándote y en ese rato se me vino la imagen de la noche que salimos a cazar conejos con JFC. Que en esas ocasiones se volvía Elmer. Sí, también de ese encuentro con un conejo en mitad de la calle, en Santiago, una noche que escuchábamos Journey en mi auto. Pero eso fue una anomalía estilo Matrix. Esto otro fue antes. Era invierno, Julio, para ser exactos y hacía mucho frío. JFC fue a buscar al Coke, el cuidador, que con paciencia de santo llevaba un foco y nos metimos en el bosque oscuro. Yo con mi pavor a las arañas pollito intentaba caminar sin mirar el suelo, mientras los árboles, que eran aromos, pero que en la noche no se les ven las flores, crujían como el demonio. No es nada muy lindo andar por un bosque de noche. Mientras escucho Sister Christian, me acuerdo de Elmer, a la vez orgulloso portando su Winchester y furioso con el ruido que hacíamos. Entre nuestras parkas y las zancadas con esas botas de agua que nos quedaban enormes, hacíamos un ruido espantoso. La verdad es que yo no estaba ni ahí con cazar. Me dolían los oídos con los disparos y me daban pena los pobres conejos, aunque JFC dijera que eran una plaga y que si no, igual los cazaban con huachi. Pero si no íbamos, a JFC le daría pataleta. Esa fue la vez que, logrado nuestro cometido de espantar a todos los conejos del bosque, nos aburrimos y abandonamos a Elmer y subimos caminando solas a la casa y nos asustamos muy de adeveras con el Maligno y la oscura noche del campo.
Es tan cierto lo que dices. Que tras cada canción existe una historia para proyectar y que sólo hace falta que yo la ponga. Así fue siempre y así sigue siendo, incluso ahora, como con Ammonia Avenue. Y sí, el colegio del que hablo es distinto del que conocimos nosotras. No sé si es mejor o es peor, si imaginas lo que quiero decir. También nosotras hemos cambiado. Aunque desde hace un tiempo he comenzado a creer que en realidad no hemos cambiado tanto y que el asunto va por otro lado. Pero no lo sé con certeza, ni pretendo resolverlo, porque a veces es mejor echar algunas preguntas para el lado y no más darle para adelante. También es cierto que si no fuera por la Magda, no pasaría de ser una anécdota lo que sucede. O tal vez no. Tampoco lo puedo decir. Lo que sí sé es que cuando estoy en un lugar, tengo que estar ahí con el cuerpo y con el alma y no me puedo hacer la gil.
Tus sueños, el patio, los pasillos y la Casita de Nazareth. El patio lo recuerdas verde y casi tropical por el Ombú, el árbol inmenso de cuatro troncos, que bajábamos corriendo a reservar desde nuestra sala de primero básico, para hacerlo una casa fantástica donde jugar en el recreo. Cuando volví al colegio lo habían cortado. Pero sí están todavía las palmeras, a las que dábamos vueltas en el recreo del almuerzo, llamando a los marcianos e intentando convencernos la una a la otra de que veíamos luces con los ojos cerrados. Las dos siempre supimos que no veíamos nada, pero fue justamente eso lo que nos hizo querernos. También está el Jacarandá que inundaba el patio completo de un olor horroroso cuando llovía. Bajo la escalera hay un closet ahora. Pero todos los miércoles paso por su lado y, como tú, veo a la Sister Peter, acercándosenos y diciéndonos “hola niñas, ¿qué hora es?".
Friday, April 17, 2009
Invincible
This bloody road remains a mystery. This sudden darkness fills the air. What are we waiting for ? Won't anybody help us ?
What are we waiting for ?
We can't afford to be innocent. Stand up and face the enemy.
It's a do or die situation. We will be invincible.
Wednesday, April 08, 2009
Corazón Tendido Al Sol
Esta canción es de 1979 y desde entonces la he andado trayendo conmigo. Me recuerda cuando salíamos con mi abuela y nos hacía esperarla en el estacionamiento, con la radio encendida. Como me pasa con todas las canciones de ese tiempo, jamás olvidé la letra. Este tipo tiene un montón de letras maestras. Pero esta canción es la que más me gusta a mí, especialmente por lo de "todo lo que escribo al día siguiente rompería."
Monday, April 06, 2009
Pink
Le he dado hartas vueltas al asunto. Lo he conversado, aunque más con gente de afuera que de dentro. Prefiero en este momento las visiones más imparciales y menos viscerales, menos lacrimógenas. Aunque sí lo es, desde cierta perspectiva, el colegio no es el anillo con el sello, ni el cap & gown blanco con celeste, ni la Pantera Rosa. No es el puesto en el interescolar ni en el Simce. Tampoco los recuentos de ex - alumnas “destacadas” en el diario, donde no figura una buena cantidad de mujeres con iguales o mayores méritos. Nunca nos situamos en ningún lugar privilegiado por decir que estuvimos en el colegio. Si nos miraron distinto, fue, generalmente, para peor. Sin embargo, cualquiera que nos conoce puede ver que nadie nos cuenta cuentos. Que nadie nos dice cómo tenemos que ser. Que nadie nos dice cómo tenemos que pensar ni sentir. Que lo del rebaño ordenadito no es lo nuestro y el agachar el moño sin derecho a pataleo, menos. ¿Te acuerdas cuando descubrimos que lo que en realidad necesitábamos no era un hombre que nos mantuviera, sino uno que nos quisiera? Yo me acuerdo y ahora entiendo por qué nos tomó un buen rato encontrarlos. Un par de semanas atrás comimos juntas las tres y luego de reírnos hasta el hipo nos miramos y pensamos que las vidas que tenemos no son fruto de la casualidad. Que a ratos nos cuestan harto los malabares para mantener en movimiento matrimonios, hijos, actividades y, sobre todo, sueños por delante. Y no es paja de Revista Ya. También pensamos que no es fácil echarnos abajo. Pensamos en la Maca y su hijito, esa noche. Yo pienso mientras escribo que la Willy es más grande que la vida y que nos da veintitrés patadas a nosotras dos y que ojalá la vida le regale una niñita.
Hoy en día encontrar mujeres emprendedoras, creativas y con carácter no es algo inusual y no son atributos exclusivos de ningún colegio ni movimiento ni nada. Es sólo un signo de los tiempos. Pero no fue siempre así. Cuando llegaron, las monjas, que eran gringas, no estaban ni ahí con un montón de tonteras de la sociedad chilena de los años 40. Se sentaron, con gracia, estilo y habilidad, en un cerro de prejuicios. Y lo han hecho por 69 años. Sé que cuando salí del colegio no pensaba poner a una hija en él. Pero hoy no dudo que la Magda está donde tiene que estar y nosotros también. Al envejecer, vemos más y no al revés. Es cierto que la casa es la primera fuente de formación de los niños, pero el colegio con su machaca de trece o catorce años hace lo suyo. Hazte cargo de tu vida. Todo lo que haces tiene una consecuencia. Haz lo que quieras, pero hazlo bien (no es necesario que seas el mejor). Fórmate tus propios juicios. Elige. Respeta y quiere a los que no son como tú. Usa tus talentos. Trabaja duro. Sirve con sencillez y alegría. Desparrama amor a tu alrededor.
Sabiamente, el colegio nunca perteneció, ni se abanderó, con ningún movimiento religioso. Nunca nos obligaron a confirmarnos ni nos persiguieron para que fuéramos monjas. En el colegio no había grupos, ni meditaciones, ni subterfugios de ninguna especie para asegurar la continuidad de la congregación. Felipe Berríos dijo el sábado en el cerro que la iglesia católica es machista y que asfixia a las mujeres. Es la pura verdad. Pero aquí no es sólo eso. A nosotros, a diferencia de lo que ocurre en otros colegios, nunca se nos presentó el ser monjas como una opción mejor o más importante en la vida que ser gente común y corriente, trabajadora y de buen corazón. Al menos eso es lo que me llegó a mí. Hay gente que dice que el colegio no será lo mismo sin las monjas. No hay duda de eso. Pero también puede que siga igual. O que mejore. Yo creo que a las instituciones hay que irlas conservando, pero transformando en el tiempo y de acuerdo con los tiempos. El colegio es una más. No me desespera ni me disgusta, es más, me atrae y me plantea un desafío personal, el que los papás, ex - alumnas y profesores podamos hacernos cargo de su futuro. Yo creo que hay colegio para rato. Lo que sí me preocupa es que quien quiera que se quede al mando preserve, o permita preservar, la visión y el mensaje original de las monjas. Para mí, el real valor de su presencia y lo que me hace adorarlas y querer que estén aquí es el haber sabido conducir al colegio a través del tiempo y mantener su núcleo encendido. Porque lo que mueve al colegio es lo que dijo ayer la Sister Catherine en el Mercurio: que las niñitas son libres. Sin eso, no queda nada.